Malamar es el sello creativo en el que se esconde (pero que a la vez se descubre) Anna Contreras Gelabert. Las ilustraciones, fotografías y textos, son la excusa con los que intenta día a día entender mejor el mundo en el que vive, compartiendo inquietudes, sentimientos y sensaciones, explorando los rincones de su mente, haciendo frente a un pasado cargado de nostalgia agri-dulce. Oriunda de l'Escala (Catalunya)  y actualmente residente de la Araucanía (Chile), se sumergió en el mundo creativo-artístico de muy pequeña, motivada por su madre, yendo los veranos en los talleres de pintura de Dolors Ventós, adentrándose en el arte de la fotografía gracias a su padre, con una primera cámara de plástico amarilla y de carrete, casi de juguete, que le reglaron en el Chiquiparc el día de su séptimo cumpleaños, y también muy animada a escribir, inspirada por su hermano. Desde entonces, no ha soltado nunca más el lápiz y se ha dedicado a observar y a disfrutar del mundo que la rodea con un filtro más pictórico, poético y positivo, a pesar de todo.
Dejó de lado la carrera de Bellas Artes de la Universitat de Barcelona porque sintió que no encajaba y la metodología no la satisfacía, así que, algo desorientada y después de mucho meditar, decidió no dejar de lado su lado creativo y tomó un curso de fotografía profesional en Idep (BCN). Posteriormente fué aceptada en el Ciclo Formativo de Grado Superior de Gráfica Impresa en l'Escola Massana (BCN) donde, gracias a sus profesores y compañeros, se dió cuenta de que éso era lo suyo.